Ilusionado, escribió el mensaje: “¿Quieres cenar conmigo este jueves?”. Hacía mucho tiempo que no se veían y creyó que era una buena ocasión para retomar el cara a cara, contarse entre el atropello de las risas y el lenguaje de las miradas lo que las conversaciones telefónicas y los mensajes escatimaban. Esperó su respuesta.
Minutos después, leyó: “No puedo”.
Días después, sigue preguntándose por la dicotomía entre querer y poder.
115 #setentapalabras
© JM Jurado