Hoy ha vuelto a entrar en la Tate Gallery. Pero la sala
donde la Ofelia de Millais sigue flotando eternamente estaba cerrada. A sus
acompañantes no parecía importarles nada más y han decidido abandonar el museo. A ella
no le ha quedado más remedio que ir tras ellos.
Hace años estuvo varias mañanas de sala en sala. Pero, hace
años, lo que le importaba a quien la acompañaba era ella.
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© JM Jurado