Un día se dio cuenta de que se lo podía inventar todo. Cualquier cosa. Y empezó a escribir. Contó sus fantasiosos viajes por lugares que todos querrían visitar, relató sus imaginados y apasionados encuentros con las mujeres que todos querrían conocer o describió los singulares momentos soñados que todos querrían haber vivido.
Sus lectores agradecían que, con sus palabras, pudieran viajar, amar y sentir la vida que él no tenía.
119 #setentapalabras
© JM Jurado