“Quiero verte”.
“Y yo a ti”.
“Te quiero tanto...”.
“Y yo a ti”.
“Si pudiera, iría corriendo hasta donde estés”.
Silencio. Pasaron algunos minutos antes del
siguiente mensaje. Ella esperaba leer en la pantalla: “Corre, ven” o, quizá, “Iré a
verte”, hasta un “¿Quedamos a mitad de camino?”. Mientras, escuchaba la
canción que le había enviado.
Entró, por fin, un mensaje nuevo:
“Hola, cariño. Te amo”.
Pero no era él.
“Hola, cariño. Te amo”.
Pero no era él.
53 #setentapalabras
© JM Jurado