-Cada vez lo dan más pequeño -dijo ella.
-Será por la crisis. Ya no se libra nada de los recortes -contestó él, riendo.
Seria, quizá hasta algo enfadada, afirmó:
-Pues el hotel bien que lo cobra. No nos va a llegar para los dos.
-No te preocupes. Tiene solución.
Él abrió la puerta de la mampara de la ducha, llegó hasta ella y cogió el
pequeño bote de gel.