Discutían con demasiada frecuencia.
Ella era la viva imagen de la rebeldía, no se callaba ante nada ni nadie. Él prefería el anonimato y la discreción. Ante las miradas inquisitoriales de los demás, ella alzaba la vista al tiempo que él bajaba los ojos. Ella quería salir mientras él ansiaba esconderse.
Ella y él sabían que, tarde o temprano, habrían de terminar resolviendo el conflicto de ocupar un mismo cuerpo.
38 #setentapalabras
© JM Jurado