Su nuevo ordenador no tenía lector de discos.
-¿Puedes
copiármelos? -le pidió.
Los
archivos de fotografías pasaban por la pantalla durante unos segundos contando
toda una vida. En las imágenes estaban todos. Los que alguna vez fueron, los que
ocupan un lugar sin tiempo, los que son y serán... Y estaba ella. Pero él nunca
aparecía.
Cuando
terminó la copia, él comprendió su ausencia. Su álbum, su vida, era otra.
42 #setentapalabras
© JM Jurado