El salto en el sofá fue espectacular. El gol se veía venir desde el último pase y cuando la pelota tocó
el palo y luego la red no pudieron contenerse. El campeonato era de su equipo.
Se
abrazaron, chillaron. Cuando ella salió al balcón a gritar “¡Gol!” sosteniendo
la bandera, él recordó que desde el minuto treinta y dos se dedicaron a amarse frente
al televisor. Ella aún continuaba desnuda.
26 #setentapalabras
© JM Jurado