Murió Manoel de Barros. El desconsuelo que siempre acompaña a la ausencia quizá se mitigue con el retorno a su palabra. Aunque sea a través de un descubrimiento tardío y apresurado, aunque sea con la humilde construcción de nuevos versos.
Amarrábamos una nota a una piedra
sostenida por una cuerda
y la arrojábamos al patio de su casa.
Si la enamorada respondía con la misma piedra
era la gloria.
sostenida por una cuerda
y la arrojábamos al patio de su casa.
Si la enamorada respondía con la misma piedra
era la gloria.
MANOEL DE BARROS
En el tiempo de las fieras
es fácil ser carne de alimañas,
alimento del desconsuelo,
raciones de ausencias
o sustento del olvido.
En los tiempos de jungla y selva
atravesar los espesos laberintos
de la distancia
araña la piel,
hiere el alma,
disuelve la fe.
Tiempos de perpetuo acecho
a la esperanza que
siempre nos lleva
mil pasos de ventaja.
Sin tregua, llevo siglos
en el tiempo de las fieras.
Insignificante trecho
en el camino hacia
la eternidad de tu mirada.
© JM Jurado