Hoy no habían podido verse.
Él respiró profundamente, cerró los ojos con lentitud y recordó su imagen.
“La
extraño”, pensó. En ese mismo instante, exactamente a noventa y tres kilómetros
y trescientos metros de distancia —según indicaban las más modernas cartografías—,
ella, que ese día viajaba, sintió un suave escalofrío.
© JM Jurado