La convivencia
durante veinticuatro horas al día, con excepción de algunas dedicadas al sueño,
en este bien ensamblado grupo de voluntarios que hemos decidido compartir un
pequeño paréntesis en nuestras vidas, acumula numerosas anécdotas y
sentimientos que, probablemente, nunca se borrarán. Ésta es otra de las
espléndidas virtudes del proyecto: la formación de un estupendo grupo de amigos
que trabajan en un objetivo común, convencidos de que hacen algo bueno y que su
aportación puede servir para abrir puertas y ventanas a una nueva esperanza.
Hoy, domingo,
también ha sido día de descanso para nosotros. Aunque, en esta ocasión, el
significado de esta palabra no encaje exactamente en el sentido que el
diccionario le da. Si no ha habido clases y hemos madrugado algo menos,
entonces…
What happen?
(¿Guadjapen?)
Si algún lector está
en peores condiciones en el uso fluido del inglés que las mías, que sepa que la
pregunta significa “¿Qué ocurre?”. Y, además, se ha convertido en nuestro
lema-respuesta-comentario-apostilla para cualquier circunstancia. Xelu tiene la
culpa.
Pues lo que “japen”
es que en vez de utilizar el tiempo de este día en darle forma al colchón o
recibir con avaricia el sol mejicano en la terraza del hotel, hemos ido hasta Teotihuacán para, desde lo más alto de las Pirámides del Sol o de la Luna, recargar las fuerzas y recibir las mejores vibraciones
energéticas que los dioses tengan a bien entregarnos. Como los toltecas o los
mexicas, o las múltiples culturas que la habitaron anteriormente, atravesamos la
Calzada de los Muertos sintiéndonos muy vivos.