La intensidad de las sensaciones y sentimientos que estamos
viviendo en esta condensación de experiencias diarias, vive un in crescendo permanente. La complicidad
entre voluntarios y alumnos ha superado hace tiempo todas las barreras y el
tiempo dedicado a las confidencias y al compartir se va superponiendo al de las
actividades. Aprender, como hoy, un tema que puede resultar árido, como es el
uso de una hoja de cálculo, termina convirtiéndose en una conversación ante los
números, las fórmulas y la pantalla imaginando su traslación a un futuro que ha
de llegar con todas sus nuevas oportunidades de construcción de una vida
personal y laboral digna.
Hoy me tocó. La actividad que diseñé, preparé, elaboré y construí
hace meses ha encontrado su punto… y
seguido. Hablar de amor y dolor, tomando como referencias los poemas de Octavio
Paz y las pinturas de Frida Khalo puestos sobre el papel de los libritos que edité
y todos han terminado recibiendo, ha sido maravillosamente enriquecedor. Que
chicos y chicas, a veces con historias complicadas a sus espaldas, expresen sus
sentimientos públicamente, no es tarea fácil.
Amor y dolor. Ambos han tenido hoy un protagonismo especial en
el aula y en sus fronteras. Hoy, la madurez de todos, voluntarios y alumnos,
todos los que participamos en este magnífico proyecto, ha sido expuesta de una
manera especialmente intensa. Y todos hemos respondido de una manera sabía.
Aquí hay futuro…