22/3/21

Venus y Cupido

—Lo haré como me has enseñado —susurró el hijo antes de besar amorosamente los labios de su madre.

A pesar del adiestramiento en el manejo del arco, sus flechazos no siempre eran certeros. El eternamente joven Cupido no podía evitar que, a veces, sus puntas se clavaran en corazones de piedra. Errando terminaría aprendiendo, como su madre ya sabía, que en el juego de máscaras del amor también existían contradicciones.



89 #setentapalabras
© JM Jurado