En la madrugada atronadora del bar él
preguntó:
—¿Tú qué buscas? ¿Un príncipe azul?
La consulta, alcohólica, revelaba una
sensibilidad de subsuelo. Pero, mirándolo de arriba a abajo, a ella no le
extrañó.
—No. Ni a ti —respondió.
Después, de regreso, mandó ese mensaje que
llevaba días escrito pero no había enviado: "Te quiero". Minutos
después, desde cientos de kilómetros de distancia, recibió respuesta de su
príncipe multicolor: "Te quiero".
66 #setentapalabras
© JM Jurado