Cuando el árbitro anuló el
gol por fuera de juego todos protestaron. Nadie lo había visto, ni siquiera los
jugadores del equipo contrario.
Cuando expulsó al defensa y pitó un penalti
inexistente, el escándalo estalló.
Cuando, con la cabeza baja y la mirada
perdida, salió del campo bajo los escudos policiales, sólo pensaba en la
llamada recibida minutos antes de comenzar el partido: “Lo nuestro no puede
ser, te dejo”.
57 #setentapalabras
© JM Jurado