En
el camino diario hacia el Centro Comunitario de
Aprendizaje Fonabec, una de las múltiples fachadas y tapias multicolor
que se presentan ante nuestra mirada muestra, en enormes letras, el lema: “Una
ciudad mejor para todos”. No podemos estar más de acuerdo con ello, en Ciudad
de México y en cualquier otra parte del mundo. La solidaridad y el sentimiento que
nos mueve a compartir y poner un ladrillo en la construcción de un mundo mejor persiguen,
al fin y al cabo, la existencia de mejores personas, mejores ciudades y mejores
sociedades.
Hoy, hemos hecho nuestra esa sentencia y tras las clases “serias”
profundizando en el programa de diseño gráfico, porque serio es intentar poner
cimientos al futuro aunque se haga de manera divertida, hemos tomado las calles
de Magdalena Contreras para irnos hasta el gran parque Foro Cultural
Contreras Elena Poniatowska Amor (un largo nombre, como larga era la fila que
formábamos en las aceras). Desde el Centro traíamos la alegría y la unimos al Amor
del parque para, con ambos, llenar una de sus plazas y descargar adrenalina y
sudores entre carreras, balones y globos. Nadie dudará que cuarenta personas
jugando a la vez en medio de un parque público llaman la atención pero, además
de ello, nuestra especie de improvisada perfomance también atrajo las sonrisas
de quienes se cruzaban con nosotros. Así sí se hace una ciudad mejor.
Entre
nuestros nuevos amigos mejicanos hay historias vitales difíciles. Como en todos
los lados. Pero hoy estamos aquí. En nuestras maletas ya hemos guardado una de
las razones por la que hemos venido hasta aquí cuando Rocío (sí, nuestra
veterana Rocío) nos ha dicho al terminar los juegos: “He vuelto a mis quince
años. Y lo que no he podido jugar de pequeña lo he jugado hoy”.