25/12/14

Vacaciones de verdad



En los últimos días sus piernas le dolían sin misericordia. El inclemente cansancio cotidiano la sumía en una sombría tristeza. "Necesito unas vacaciones. Unas vacaciones de verdad", pedía silenciosamente.

   El preparó los aceites y masajeó suavemente sus piernas. Abrió el libro y le leyó poemas. También habló de esa exposición que querían ver, asegurando que pronto irían.

   No eran vacaciones de verdad, pero el alma no sabe de cosas materiales.

© JM Jurado