21/1/21

San Pantaleón

 

Siempre fue muy devota de San Pantaleón. Aseguraba que aquella gastroenteritis que la mantuvo encogida dos semanas se curó por sus plegarias. O que, gracias a las oraciones, las jaquecas la dejaron en paz.

Ocho días después de la fiesta en la que no usó mascarilla y momentos antes de que la sedaran para meterle el respirador por la boca, pensó que el santo se le había ido al cielo.

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© JM Jurado