La última campanada alargó su vibración, como llenando el hueco que se abría ante su mirada. “Este año terminó mereciendo la pena. Te he conocido”, pensó. Y brindó por ello ante el espejo y el recuerdo.
Horas después, atravesada la frontera del calendario, nada
parecía haber cambiado. La amanecida rutina prolongaba su presencia ocupando su
ausencia. Miró su fotografía: “Este año terminará mereciendo la pena, vas a hacerte
inolvidable”, pensó.
15 #setentapalabras
© JM Jurado