De lunes a jueves, a las
seis de la tarde, la mujer ocupaba la misma mesa junto a la puerta y pedía un
café con leche.
-Largo,
muy caliente, por favor.
Tras
cuarenta minutos de silenciosa y solitaria lectura de los periódicos,
abandonaba la cafetería.
Un lunes faltó. La empezaron a echar de menos el
jueves. Luego supieron...
-Nunca nos dijo nada. Pero se
hacía querer -dijo
tristemente un camarero.
58 #setentapalabras
© JM Jurado