2/5/15

Esperando el autobús



Aquella tarde de viento, él esperaba bajo la marquesina. La anciana, sentada junto a él, dijo: 


     -Con este aire, no sé si él podrá llegar.

     Minutos después, subido ya al autobús, mientras pagaba su billete, no dejó de mirar la sonrisa de la mujer, que seguía sentada en el banco. 

     -¿Vendrá? ¿Usted qué cree? -le había preguntado-. La última vez me trajo rosas y bombones. Le costaron casi ocho pesetas.

© JM Jurado