29/11/14

La luz en la maleta



Hay amaneceres que comienzan sin luz, con una oscuridad que parece prolongarse esquiva entre el desacuerdo de los relojes, las ventanas entornadas y el calor que permanece bajo las sábanas. Hay amaneceres de penumbra en los que, en realidad, la luz continúa escondida bajo tu piel.

    Es en esas noches que no terminan -las de ausencia y soledad, las de acumular vacíos amargos-, en las que sueño con la maleta siempre preparada, lista para iniciar un único viaje de ida. Y entonces partir, abandonar estas geografías sin horizonte hacia el lugar que cada mañana señalas, el que quedó escrito en ese billete conseguido en un trueque con el destino, alma y pasado a cambio de tu presencia perenne.

    Buenos días, amor. Me dispongo a vivir en ti, a ser yo en ti, a perseguir el rastro de tus huellas dejadas en mí. Inicio la búsqueda.

#3  cartas al amanecer
© JM Jurado