7/4/16

El ombligo



-Mira mi ombligo -dijo ella.

Y se levantó la camiseta dejando a la vista su vientre de piel suave. En medio, como una pequeña duna solitaria destacando en un apacible paisaje desértico, su ombligo. Porque no apareció el hueco esperado, sino la prominente redondez de la carne ocupando el espacio y reclamando atención.

Desde entonces, él supo que la teoría que defiende el vacío del centro del universo es falsa.


© JM Jurado